MINEROS CHILENOS: DIOS, EL EMPEÑO, LA TECNOLOGIA Y LA SOLIDARIDAD PERMITIERON EL MILAGRO

La angustia ya pasó tanto para los mineros y sus familiares, la humanidad estubo pendiente a través de todos los medios que actualmente se disponen y que nos permite enterarnos de lo que sucede (de todo lo que los gobiernos dejan que nos enteremos, valga la aclaración). Los que somos creyentes primero diremos que el milagro fue obra de Dios, esos mineros rescatados de las profundidad de esa mina, hoy son mas creyentes que ayer y hemos podido ver las muestras de agradecimiento a ese ser supremo que muchos invocamos en esos momentos de angustia, dolor y sufrimiento, Dios ha cumplido sus deseos de salir con vida; en segundo lugar diría que el empeño por sobrevivir, unido al empeño del Presidente de Chile, Sebastían Piñera, ha sido crucial para que el resultado final haya sido el que todos esperábamos, venciendo a la adversidad y el desánimo que producía cada día que pasaba sin saber si estaban vivos o muertos; ese entusiasmo y tesón que trasmitió el minero de mas experiencia y que lideró a ese grupo hasta conseguir ser localizados, todo eso conjuntado con la "terquedad" del Presidente de Chile, que contagió a su equipo de gobierno, para actuar sin limitaciones de tipo económico, y solo poniendo como objetivo supremo rescatar con vida a esos mineros atrapados; hoy con satisfacción pueden decir misión cumplida y disfrutar de ese triunfo y apreciar la alegría que le han producido a todos los familiares de esos hombres y a ellos mismos por supuesto. En tercer lugar tenemos que manifestar que la tecnología ha jugado un papel muy importante, y la ingeniería Chilena, ha jugado un papel importantísimo y han demostrado que cuentan con grandes hombres en este campo y en cuarto lugar hay que destacar la solidaridad de todos los que de una u otra manera han contribuido a que este episodio haya tenido un final feliz, sobre todo destacar en esto el apoyo de la NASA y de otras empresas mineras chilenas, que han ayudado con la tecnología necesaria para lograr esta gran proeza.
Los treinta y tres mineros ya están a salvo, ahora les toca retomar sus vidas y aunque nada a partir de ahora será igual para ellos, lo mejor que les ha podido suceder es estar vivos y seguir agradeciendo a Dios y a todo lo que hizo posible que siguieran viviendo.